¿Vienes? ¡Voy! Una vez más, nada de misterios, rodeos, ni circunloquios. Después del Hurrengo arte de la semana pasada, necesitaba que compartiera conmigo los primeros gateos de esta etapa, que será -oh, sí- incierta, pero sobre todo, nueva. Y ahí ha estado Jabier Muguruza, con una canción recién horneada como regalo. Nosotros le hemos ofrecido las palabras de quienes le quieren. Si no fuera por el acento del sur, las de Maribel Quiñones -o sea, Martirio- las podía haber pronunciado yo sílaba a sílaba. También para mi Jabier es uno de esos seres difíciles de encontrar a quien te confías -con o sin Campillo- desde el minuto cero.
Creo que los dos nos hemos quedado con la misma duda: ¿Nos habremos mostrado demasiado próximos? Tengo ahora la certidumbre de que no ha sido así. En cuestión de proximidades (de las que están probadas y certificadas, digo) no existe el demasiado. Es posible que nos hayamos dejado mecer por algunos sobreentendidos, incluso por algún guiño privado, pero, aparte de que no hemos desvelado ningún secreto, eso le ha dado autenticidad a la charla. La radio también consiste en transmitir al que está al otro la sensación de ser testigo de algo real, como ocurre en un autobús cuando te atrapa una conversación ajena y casi temes tener que bajarte sin conocer el desenlace. Hoy MQP ha sido ese autobús -yo me lo imagino como una guagua cubana llena de desconchones pero aún con la dignidad y la fuerza para ir a la próxima parada- donde han conversado dos amigos, mientras otros cuantos miles de cómplices ponían la antena. Me ha encantado, además, compartir un momento así con Maider y las dos Natalias, que en cinco días han devuelto a nuestra tartana el frío suficiente para seguir enfrentándose con el tráfico.
Puedes escuchar aquí la charla con Jabier Muguruza... con canción de regalo incluída:
2 comentarios:
Gracias por compartir esa amistad. Si nos quedamos en el qué dirán no habrá lugar para lo íntimo, lo personal, lo demasiado, vida real ni radio.
Creo que la entrevista quedó más que bien. Si entrevistas a un político o a un científico sobre temas decisivos fijo que tienes que distanciarte de él, pero en el caso de un músico, por ejemplo, la charla gana si hay una complicidad que viene de atrás. Y más si se reconoce abiertamente que existe. No sé, por lo menos, en la radio funciona así.
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