miércoles, 22 de abril de 2009

LaMari, siempre pokito a poko



La recuerdo en el backstage de los Ondas. Un puñado de divos miraban el reloj con impaciente fastidio y, furtivamente, también a las otras estrellas para medir quién brillaba más. Gemma Nierga, extraordinariamente humana, recibía el cariño y el abrigo (sentí envidia) de su equipo. Dos colegas de Radio 3 disimulaban la misma sensación de formar parte del atrezzo que me invadía a mi. Ajena a todo, una mujer delgadísima con un pañuelo en la cabeza acariciaba unos bongos, sacando de ellos un leve sonido. Tac, tac, tac, tac. Pudieron ser tres cuartos de hora así. Cuando una de las apuradísimas azafatas se acercó a disculparse por el retraso, LaMari simplemente sonrió y dijo: Tranquila, no tengo prisa. Estoy bien aquí. Y estoy seguro de que era verdad.

Unos años antes ya me había hechizado con su cercanía sin maquillaje en una entrevista cara a cara que -vaya usted a saber por qué- no guardé en mi archivo. El pasado sábado volvimos a charlar con ella y, aunque esta vez fue por teléfono, noté de nuevo su magnetismo. Cuentan las crónicas que el concierto de la noche anterior en Donostia no fue el mejor de su vida. Probablemente ocurrió lo mismo con el que, horas después, dio en Bilbao. No me importa. Ni siquiera me enloquece su música. Es ella, su sencillez a prueba del petardeo que acompaña al éxito, su determinación por hacer su propio camino, lo que de verdad admiro.

Escucha la charla con LaMari aquí:

3 comentarios:

Moli dijo...

Luz y no brillo... os deseo lo mejor. Y lo mejor siempre está en la apertura y el encuentro. Mi abrazo a este nuevo espacio que espero se ensanche, así, poquito a poco.

Karo dijo...

Eeeeey!!!! Buena idea este blog. Me alegro de haberos encontrado.

sonia dijo...

Pues así, como si nada, como el olor de los tilos ( imprescindibles ahora).
A gustito aquí.