Se le encharcaron los ojos al escuchar en el perfil que le hizo Edurne a la inmensa Teresa Berganza diciéndole que la quería mucho. Incluso le ocurrió lo que jamás le ha pasado sobre las tablas: la voz se resistía a salir de su garganta. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos antes de que María Bayo se sobrepusiera y estuviera en condiciones de seguir charlando, y aun así, mantuvo la mirada húmeda hasta el final de la entrevista. El éxito es efímero; hay que ser muy humilde y saber que un día la voz se pierde y se acaba todo, nos dijo la soprano de Fitero, que piensa que sólo se debe ser diva sobre el escenario porque es lo que el público espera, pero que fuera de los focos hay que tener los pies en el suelo y ser una persona absolutamente normal. Ella lo es... dentro de la excepcionalidad que supone ser una de las primeras voces del mundo y no haber perdido la modestia... ni la perspectiva. Yo sólo aspiro a cantar bien. Eso es lo único que me preocupa, nos aseguró antes de hablarnos del doble papel que la ha devuelto al Teatro Arriaga de Bilbao a partir del jueves, en Les mamelles de Tirésias, de Francis Poulenc, con libreto -nada menos- de Apollinaire.
Escucha aquí la entrevista con María Bayo (MQP, 24/05/2009):
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