martes, 6 de octubre de 2009

Jabier Muguruza y la transmisión de valores



¿Tenéis engrasada la manivela de pensar? Os hará falta, porque Jabier Muguruza nos plantea esta semana uno de esos asuntos que se resisten a un o un no rápidos. ¿Debe la literatura infantil renunciar a transmitir valores para no ser sospechosa de un exceso de corrección política? En realidad, he simplificado demasiado, porque Jabier, como siempre, entra en muchas otras veredas. Escuchad y opinad.

Aquí podéis escuchar la columna de Jabier Muguruza (MQP, 04/10/2009):

19 comentarios:

jaio dijo...

Me encannnnnta este hombre y lo que dice.

Javier Vizcaíno dijo...

Jaio: Anímate a comentar, que el domingo pasado dijiste cosas muy interesantes en Twitter, y la pena fue que no tuvimos tiempo para reflejarlas.
(Aprovecho para pedir perdón también a Javi, que mandó varias Twit-opiniones que se nos quedaron en el cajón)

el jukebox dijo...

Tema complejííísimo: escuché en casa a Muguruza y lo estuvimos debatiendo. Salió un ejemplo. Pongamos un cuento infantil protagonizado por un niño del típico barrio: ¿Debe su madre ocuparse de la labores de casa mientras el marido sestea en el sofá leyendo el 'Marca'? ¿O deben aparecer los padres compartiendo las tareas del hogar, so pena de que resulte risible por inverosímil? Y si está ambientada la historia en un barrio acomodado, ¿debe aparecer la chacha? ¿Es un buen ejemplo dar a entender que si hay tareas que no te apetece hacer lo mejor es pagar a alguien más pobre para que las haga y que la agraciada siempre, siempre, siempre suele ser una mujer?
Y sigo: ¿hay que tirar a la basura todos los cuentos infantiles europeos por tener algunos siglos a la espalda y por el hecho de ser lo que hoy en día se entiende por políticamente incorrectos?
Y por fin, ¿es que hay algún relato que no transmita valores? ¿Quién dice cuáles son los positivos? Habrá quien diga que la familia es un valor positivo y quien diga que es una institución tóxica. Y además, ¿realmente se transmiten valores mediante relatos didácticos o más bien se crean en el niño cepas de resistencia contra ellos? ¿Es preferible un mal relato lleno de valores positivos o un gran cuento carente de ellos? ¿No es la belleza también un valor a transmitir?
Conclusión: no tengo claro nada de nada. Si se me ocurre algo más, seguiré.

Javier Vizcaíno dijo...

Buen desarrollo, Juke... Y menudas patatas calientes dejas.
¿Tirar a la basura los cuentos de la tradición europea? ¡Ja! Y los orientales del primero al último, los africanos, los americanos originales... Todos contienen reyes, señores, princesas, escalas sociales...
¡Que se atreva a seguir alguien!

Entzule dijo...

Si pienso en la literatura y el cine que más me gustan, resulta que transmiten valores negativos a saco.

jaio dijo...

Como siempre, entramos en la discusión del 'qué' y el 'cómo'.

Twitteaba anteayer (esto no puede decirse antes del año 2000) que la Literatura es el 'cómo' cuentas una historia, larga o corta, en verso o en prosa, pero se fija en el 'cómo', en el continente y los Valores forman parte del 'qué' de la historia narrada, del contenido. Y en todo caso, en todo, hay una intención de transmitir una forma de ver la vida, para consolidar valores o para trastocarlos y pervertirlos, pero siempre llevan una carga de intención.

Quisiera que alguien me muestre una sola pieza que pueda ser considerada 'literaria' y que carezca de mensaje subjetivo.

Otra cosa es que los Valores que intente transmitir sean más o menos universales, pero no creo que puede haber Literatura 'objetiva'.

Considero que toda la Literatura lleva su carga emocional y subjetiva de quien intenta, usando bellamente el lenguaje, contarnos 'su' historia. En verso o en prosa, claro.

Y normalmente las personas dedicadas a la Literatura son las que abominan de la transmisión de valores a través de la Literatura, convirtiendo a ésta en un Valor en sí mismo.

Pero no olvidemos... la Literatura puede tener valor en sí misma... pero siempre estará al servicio de la transmisión de ideas.

jaio dijo...

y continúo... y por eso a mí no me gustan los cuentos de Andersen, ni las recopilaciones d elos hermanos Grimm, como no me gustaban cuando era pequeña. Por mucho que sean grandes obras de la Literatura Universal: me dan mucho miedo.

Helua dijo...

Tema complicado, pero, es un placer escuchar a Muguruza, y luego leer cosas tan interesantes como las q habeis dejado en los comentarios. Un saludo a todos

Javier Vizcaíno dijo...

Hey, Jaio! Por primera vez desde que nos conocemos puedo discrepar contigo. ¡Bien! ;-)
Yo estoy convencido de que tratar de calzar unos valores a la fuerza es contraproducente. Si a una criatura le intentas colar sentimientos guays en una historia pasada de miel, no tragará, le parecerá irreal cien por cien. Y cuando digo "irreal" quiero decir que un niño puede dar por normal una nave espacial llena de seres de otros mundos y, sin embargo, negarse a aceptar como algo que puede existir a unos críos que comparten sus juguetes sin protestar.
Y una cosa más: muchos pequeñajos (yo era más o menos así) actúan a la contra. Basta que les intentes vender una moto para que se compren un burro.
Opino... desde mi inmenso cariño.

jaio dijo...

no será tan fácil, don JaviVi, discrepar en esto, porque yo también creo que tratar de calzar unos valores a la fuerza es contraproducente. Pero es impepinable que transmitimos valores cuando escribimos, eso es lo que digo.

No creo que hay que poner la Literatura al servicio d ela transmisión de valores, que no, pero no conozco una Literatura que no transmita unos valores y obvie o evite o critique otros.

De hecho, en el cine puede ser más claro, tenemos miles de ejemplos de películas que se pasan dos vueltas de violentas, precisamente porque quieren despertar el valor de la no-violencia ¿isn't?

No siempre son cuentos de 'Érase una vez una niña mala porque hacía...' quizás ahí esté la diferencia entre una simple historia malcontada o la buena Literatura... la que envuelve con su manto verbal una bonita historia que invita a...

A mí me despertaban mis más ocultos instintos de asesinamuñecas en serie, algunos de aquellos cuentos... efectivamente...

el jukebox dijo...

Recogiendo el guante lanzado por Jaio, aquí va el famoso microrrelato de Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".
Subjetiva, lo es a más no poder, pero no sé si transmite muchos valores. Bueno, o sí, a favor de la capacidad de soñar.
JV: a eso que explicas sobre los niños me refería cuando hablaba de las "cepas de resistencia" que desarrollan ante cualquier intento de inculcarles -al menos burdamente- valores.

MiKeL dijo...

A mí no me gustaban los cuentos infantiles, me parecía que eran incompletos, que no explicaban bien cómo se puede comer a una abuela de un bocado y que siga viva dentro, cómo una chica entre miles tenía una talla única de zapato y cómo un muñeco de madera se convetía en niño así por la jeró. Me gustaba los que me contaba mi aitite, que eran "susedidos" de sus amigotes de borrachera (una cirrosis se lo llevó a los 57 años), o esas otras historias en las que no estaba claro quién era el bueno y quién el malo. Walt Disney me creaba sarpullido con sus historia melosas y luego resulta que me dejaba engatusar por la bondad de alguno de los personajes de los Grimm, o por la maldad de alguno de los de Andersen.

Si miramos hacia atrás veremos que hemos sido pasto de todo tipo de valores y hemos elaborado una serie de filtros para hacerlos digeribles. Creo que hasta el más tierno infante es un tanto taoista, esto es, ve algo bueno dentro de lo malo y algo malo dentro de lo bueno. Podemos edulcorarlo, maximizarlo o trivializarlo pero el poso depende más del infante que del cuento.

Seve Calleja dijo...

Menudo cóctel cuando se mezcla gutar+subjetividad+literatura+infancia..., es explosivo, indiscutible, cada cual evoca sus gustos, sus vivencias, sus recuerdos, su modo de haber sido educado en los cuentos y los no-cuentos. ¿Por qué la literatura para niños termina siendo para tantos cuento tradicional. A mí cada vez me cuesta más discernir entre la literatura para niños y no niños. De acuerdo en que el niño es dúctil, maleable, permeable a la inculcación de valores y/o contravalores, tanto como reticente a ellos. Somos hijos de nuestros padres (y madres, claro), que es como decir hijos de nuestro tiempo, de nuestra cultura, de nuestras tradiciones familiares-escolares-catequéticas, pero también de nuestros sueños-miedos-ambiciones-quimeras. Y de ahí que cada cual tome o rechace, seleccione, de su historia lo que más le agrada de entre lo que paternal y maternalmente se nos quiere inculcar. Somos selectivos, consumistas, glotones, ansiosos de poseer vida. Y, a medida que crecemos hacia el mundo adulto, vamos picoteando del buffet. Lo importante es encontrar una mesa bien abastecida, rica en cuentos (en verdades y mentiras), y aprender a elegir nuestro propio menú a base de acertar y equivocarnos. Las salsas literarias, dulces, picantes, saladas, son una parte de los hábitos culinarios, por eso digo que lo dulce o lo amargo depende de nuestra cultura culinaria, que se hace desde niños. El papel del adulto-dietista-cocinero es abastecerla mesa desde su buena voluntad y su arte personal, que es como decir, desde sus experiencias. De buena fe os digo cuanto me parece que puede ser fecundo en vuestras almas, juzgando por aquello que a mi parecer fue fecundo en la mía, decía Juan de Mairena (es decir, Machado) a sus alumnos. Eso es al fin y al cabo la literatura, o la educación, o la paternidad, ¿cómo no va a tener valores y contravalores? El reto, como dirían los más recalcitrantes enemigos de los libros para gente menuda, es que sean literarios. ¿Por qué no iban a serlo si están hechos a imagen y semejanza de los de los adultos y además llevan deliciosos dibujos?

Klaudio dijo...

El valor más importante es desarrollar la iomaginación.

Moli dijo...

Llevo esta semana contando un cuento a los niños. Viendo como impacta en cada uno, la resonancia tan distinta que tiene en cada edad y cada niño o niña una a uno. Como partiendo de la fantasia puedes ir a la realidad como partiendo de la realidad puedes entrar en la fantasia. Ves como en las palabras se trasmiten las personas y como las personas reciben esas palabras de forma única y se empasta con lo que cada uno es, vive, experimenta. Ves como puede mover o como puede parar, liberar o empequeñecer como puede hacer sonreir y como puede entristecer,... las historias calan sin neutralidad, están no sólo en el contenido sino en las formas e intenciones de quien la cuenta o escribe y lo hacen más o menos dependiendo de lo receptivos que estemos, de lo vulnerables que estemos, inconscientemente.
Bueno que me voy a seguir contando el ipuina...

sonia dijo...

Los cuentos llevan una carga simbólica, que a los niños de muchas épocas y diferentes culturas cautiva ¿por qué? porque les habla de las cosas no dichas, inconscientes.
Sí ya lo siento.
Hay un trabajo muy interesante de Bruno Betelheim al respecto, sobre la interpretación de los cuentos.
Los habrá "doctrinarios" en el "buen rollito" y en el "pontetieso",pero intuyo que esos cuentos a los niños no les gustan.
A los niños les gustan que a un lobo le abran las tripas, que una bruja caiga entre gritos de horror en un fogón,y que ellos salgan bien parados de multiples pruebas y penalidades.
Multiples pruebas de crecimiento.
Me gustaron mucho, "los Cuentos de la Media Lunita" me parecen ingeniosos, sencillos, y esperanzadores.
Clásicos o modernoslos que vayan al ser profundo .
Es curioso, por otra parte, como se puede hablar de la muerte de cientos en Sumatra, o de una guerra, y encambio molesta la muerte que nos cuenta un amigo, de un conocido, de alguién próximo.
La muerte que no es espectáculo, nos intimida, nos incomoda, nos molesta.
Bueno, si se crea club de fans de J.Muguruza, me encargo.


Los niños

sonia dijo...

y..me dais una envidia terrible con el twitter ese, tiro la toalla, me es rarísimo, imposible.
Lo siento MOli, mira que con más paciencia que ni sé, me lo has explicado.
Pues, que no lo pillo.

Moli dijo...

JV: pásame el correo de Sonia que lo vamos a conseguir. Si Javi y yo pudimos ¡tú puedes!...y más que vamos a aprender ¡ni te lo "cuento"!

javi dijo...

¿¿ Que yo lo he conseguido !!.
Peo si me vuelvo loco !!.
Bueno Sonia, ánimo, yo por lo menos he llegado al mardar y recibir, ¡¡ que ya es la leche !!!.
Gracias Moli.